viernes, 8 de abril de 2011

PROXIMAMENTE Nueva historia: The blackbird.

Aca les dejo el lynk del blog, muy pronto voy a subir el primer capitulo de la nove ^^

Lynk:
http://blackbirdsinginginthedeadofnigh.blogspot.com/

martes, 5 de octubre de 2010

Capitulo 4: El bosque I.

Mi Michael –dijo ruborizada con un tono apasionado en su voz tan hermosa-
Mi Elizabeth.
Solo nos mirábamos ella parecía embobada al ver con que delicadeza pronunciaba su nombre. Ninguno emitió sonido alguno. Callados en el medio de aquel bosque con solo mirarnos era suficiente para decirnos lo que callábamos lo más profundo de nuestras almas.
Sin darme cuenta en ningún momento yo sostenía sus dos delicadas manos entre las mías. Ella me miraba impaciente mostrando un loco deseo de que la besara. Mi cuerpo se inundo de un deseo de pasión irresistible al que no podía evitar, el que no podía evitar y dejar de lado. Una de mis manos la pose en su bello rostro, al hacerlo sus mejillas se enrojecieron. Mi deseo aumento de una manera inexplicable. Empecé a acercar sus labios, sus carnosos labios a los míos en una lentitud que ni yo me aguantaba, pero aún así no podía aumentar la velocidad de este acto parecía hechizado. Ya sentía su aliento en mi cara, ella empezó a cerrar sus delicados ojos y en ningún momento realizo oposición alguna. Yo la seguí también empeñe a cerrar los míos pero no del todo para poder presenciar ese momento. -Solo un poco más- me decía y me repetía…
Ruido, ruido del césped. Alguien venia. ¡Mierda, mierda, mierda! La separe bruscamente de mí. Juro que mataría al que aparecería por ahí. Ella me miro triste con lágrimas en los ojos, ¿Dios santo como podías hacerme esto? Y porque demonios me lo preguntaba cuando me lo merecía por hacer todo lo que he hecho. La mire y le dije que alguien venia a paso rápido, ella desespero. Le dije que fingiera estar tranquila y que se relajara que solo fingiéramos que estábamos hablando como dos personas normales. Ah también le mencione que si llegara a ser Louis lo mataría, esto le causo gracia y ella me dijo que si podía le ayudaría.
El paso se acercaba y ahora era más audible para el oído de ella.
Apareció por su suerte no era Louis pero hubiera deseado que él fuera. Al contrario era su supuesto hermano.
Ella me lo presento.
Joseph él es Michael –él me miro con cara de arrogancia- Michael él es Joseph. Joseph es mí…
Su hermano mayor –dijo con autoridad-
Un gusto Joseph y un honor de mi parte –dije lo más tranquilo que puse estar en ese momento si fuera por mí le hubiera arrancado la cabeza hace tiempo-
De mi parte no creo que sea igual –con el mismo tiempo de antes ahora si estaba echo una fiera-
Escúchame, será mejor que no te hagas el hermanito mayor conmigo porque si te ganas un enemigo como yo terminas en una zanja bien muerto ¡¿Me escuchaste?! -Elizabeth me mira con los ojos como platos y se hecho a reír luego- ¿Por qué te ríes?- dijo con un tono dulce asía ella-
Nunca nadie alguien le había hablado así a él ni mi padre. Es realmente gracioso mira su cara. Jaja –dijo con una felicidad en sus ojos que me la contagio (su hermano estaba hecho una fiera ahora)
¡¡Callaos!! –Dijo desvainando su espada- Enfrentadme a mi haber si eres muy valiente.
Esta bien –dije sin preocupación alguna- Ah Elizabeth podrías llamar a tu padre así me presento y de paso de a su querido hijo morir –Ella asintió con algo de miedo-
¡Pero si no tienes espada! –Dijo ella al darse cuenta- Te traeré una de inmediato. Si llego y él esta muerto será un cobarde para toda tu vida ¿Oíste Joseph?-dijo seria-
Si, si pero apúrate que ya quiero tener su cabeza como trofeo
Corre –le susurre en el oído con mucha delicadeza a Elizabeth-
Joseph decidió fulminarme con la mirada. Eso no es bueno, aunque el que debía temer no era yo sino él. No le devolví la mirada no quería acrecentar el problema. En verdad no podía creer en la forma en la que me estaba comportando, tan… infantil. Odiaba reconocer mis actos en los cuales no debía comportarme de esa manera, porque cunado me comportaba así era capaz de matar a alguien por un ego innecesario e incorrecto. Ahora no se de que soy capaz, no quiero dañar a esta familia, no quiero dañar a Elizabeth (aun que desee la muerte de su hermano), no quiero que mi “futura” familia… En que pensaba no me iba a casar con ella, o al menos no. Dios soy un maldito soñador. Mire a Joseph por ultimas vez y sus ojos estaban llenos, llenos de ¿pasión? Eso era imposible, ¿pero que demonios estaba pasando aquí? Yo me comporto como un idiota y este me mira así. ¡Por dios! ¡Hoy es un día de locos!

domingo, 19 de septiembre de 2010

Capitulo 3: La belleza.

Era ella la persona más perfecta que había visto en toda mi vida. Hermosa por donde se la viera. Usaba un vestido… Raro, ¿extravagante? Si extravagante. En ese vestido mostraba sus hombros, eso en esa época era como pecar o matar a alguien. Todos clavaban sus miradas en ella. Las mujeres la miraban con desprecio y los hombres directamente la devoraban con esta misma. Yo la miraba embobado, la miraba con celos, la miraba como si se fuera a acabar el mundo, yo solo la miraba. La quería, la quería a mi lado y la quiera amar como ningún hombre pudiera haberlo hecho antes ¿Por qué pensaba esto? ¿Por qué lo sentía? Su vestido era de un color dorado, pero sucio, con capas. Nunca visto en la faz de la Tierra. Era único como lo era ella. Ahí va una imagen algo parecida al vestido.

En un momento a otro ella me miro, me vio, quedo sorprendida. ¿Quién no? No es por engreído pero ahora era un poco mejor que antes y ya antes era un hombre apuesto. Yo solo la miraba a los ojos, ella sonrío. Sentí como mis mejillas ardían en un color rosado. Resultado de esto hizo que sonriera más ampliamente, yo solo me ruboricé más y sonreí como un idiota. Ella se acercaba, solo pedía que lo hiciera mas rapito, la deseaba, quería saciarme con ella y de ella. Algo la detuvo. Mierda. Era una mano que se aferraba de su brazo derecho, la mano de un hombre casi de mi edad pero podía decir que más joven con un parentesco a ella. Sin dudarlo pensé que era su hermano. Ella lo miraba suplicante, el la fulminaba con la miraba. Iba a hablar pero el levanto su mano y la hizo callan. De un momento a otro giro su cabeza hacia mí y me miro triste. Eso me mato. Realice un acto muy estupido con mi velocidad la rose y le susurre –Pronto nos veremos, quédate tranquila- Al voltear vi como sus ojos se abrían ampliamente, en mis pensamiento me maldecía por haber hecho eso ahora ella me tendría miedo y me odiaría. Pero no. Luego de dicho acto una sonrisa de “oreja a oreja” se dibujo en su rostro, luego subió a su carro seguida por su supuesto hermano. Seguí caminando, la felicidad pareció haber invadido mi “nueva vida”. Era algo maravilloso poder volver a sonreír, pero sonreír de verdad. Reír por lo que uno hizo o querer matarse (en sentido de vergüenza) por ello. Es raro, es incomodante, es simplemente hermoso. Debo admitirlo nunca pensé “enamorarme” de una persona y menos en estas condiciones. Ella ahora es mi mundo, yo la quiero, yo la amo, yo… Ya no se que decir, solo le ruejo al cielo que el momento de poder tenerla a mi lado sea pronto, muy pronto y que nuestras miradas vuelvan a encontrarse de vuelta como en aquel momento tan hermoso. Nunca le haría daño, aunque me muriera por dentro sería capas de soportar el peor de lo castigos. Jamás bebería de su sangre aunque sea el ultimo humano sea capas de… Dios como puedo decir esto. De beber la sangre de un animal.
Después de mis arrepentidos actos, volví al sótano moribundo de Louis. Hablo que con él para ver si él sabia algo de esta chica pero solo le conté de su hermano y no le dije nada sobre la chica. Él dijo esto…
A si, la familia Roan. Muy rica, muy rica –repitió con entusiasmo-
¿De veras? –pregunta obvia-
Pues claro. El Señor Roan tiene una hija, muy llamativa y rebelde. –vi en sus ojos una chispa de calor a mi se me hervía la sangre- La recuerdo pero cuando solo tenía 14 años, ya para esa edad tenía un carácter fuerte. –en mi cara se dibujo una sonrisa que pronto borre-
Que raro no la v… O si que la vi como no verla –dije con un poco de asombro fingido-
¿Cómo no verla? –dijo con una sonrisa picara- Re cuerdo cuando la trate de seducir, mal recuerdo.
¿Ehh? –dije sin entender-
Soy muy amigo de la familia y querían que yo este con ella de joven. Ella se negaba, yo la trate de convencer con el mejor trato y lo tiro todo a la basura. Era odiosa ¬¬
Ah. Claro. –dije serio- Y ¿Qué paso?
Seguimos en contacto pero muy poco y ahora que me los haces recordar hace tiempo que no pasó por su casa-mansión. Estaría bueno que los conocieras y me parece que solo te interesa una sola cosa. -hizo una pausa yo no sabía en donde meterme- Bueno… Vamos.
¿A dónde? –dije temeroso-
A lo de tu amada
La ultima palabra la susurro pero me quedo latente en la cabeza. Sonaba y sonaba sin parar y lo hizo todo el viaje a la casa-mansión de los Roan como lo había mencionado Louis. Llegamos mi cabeza se inundo de preguntas tan rápidamente que me marie por unos instantes. Recobre la compostura y al mismo tiempo me preguntaba como mierda podía llegar a afectar tanto a los hombres las mujeres. Louis golpeo la puerta de la enorme casa. Una pequeña voz pregunto quien era. Louis dijo.
OH ¿Ya no me recuerdas? –la puerta dejo ver un ojo femenino-
Louis –escupió cada palabra como si fuera un insulto y cerró la puerta con brusquedad-
Déjame a mi tonto –dije algo brusco el frunció las cejas y se corrió lentamente- OH. ¿Cómo se llama ella?
¿Ella?
La chica que acaba de preguntar.
Ah ella. Se llama Elizabeth.
-Tan bajo como pude- Bonito nombre. –Golpee-
¿Que quieres? –dijo arrogante-
Bonita forma de recibir a tus invitados –dije de la misma forma que ella-
Que demo… -se paralizo al verme-
Elizabeth. Mucho gusto mi nombre es Michael y ¿podrías dejarme pasar a tu “humilde casa” a mi y a mi querido amigo Louis?
Yo… -una voz apareció de fondo-
¿Eh oído bien? ¿Es Louis? –Dijo rápido-
Si padre –dijo Elizabeth-
Hazlo pasar niña.
Esta bien –abrió del todo la puerta y nos hizo un gestó para que pasemos cuando estaba a punto de pasar yo me tomo del brazo-
Espera. Acompáñame. –dijo susurrando-
No sabía que hacer solo la seguí como un bobo hipnotizado por su belleza. La seguí hasta la profundo de un bosque que había detrás de su casa. Se detuvo en seco y dijo apasionadamente…

jueves, 16 de septiembre de 2010

Capitulo 2: Mi primera Noche.

Veía todo con ojos de vampiro, la maravilla del mundo con esos ojos era extremadamente hermosa. No hay palabra para eso pero tampoco hay palabras para describir el dolor de aquella visión. Era hermoso, eso si, pero a la ves era sufrir por dentro al saber que ya no veras las cosas como son como lo eran. Ver aquellos amaneceres que tanto uno ama cuando es “humano”. Las flores del color radiante que derraman al iluminarse con los primeros rayos del sol cuando aparece en el horizonte. Nada de eso podría volver a verse o disfrutarse ni tampoco volver a ver el mar o el océano del color azul perla, ahora todo eso es negro apagado… Muerto. Esa noche fue hermosamente dolorosa. De la nada aparece Louis con una sonrisa en su rostro que al ver mi cara de sufrimiento eterno, luego de acariciar una pobre rosa marchita, se amplio mucho más. Con eso me di cuenta que “mi querido amigo” Louis disfrutaba del sufrimiento ajeno.
Con una voz algo alegre y llena de entusiasmo me dijo…
Ven. Quiero ver tu gusto en ataúdes.
¡¿Qué?¡ ¡¡¿En ataúdes?!!
Si, debes conseguir uno si no quieres ser hombre “frito” cuando amanezca.
Vale. (Aclaración: en ese momento no tenía idea de que no me “freiría” al sol)
Eso lo dije algo aterrado pero no puedo hacerle nada no quería morir en ese momento, supongo. Me conseguí uno bastante bueno con la madera negra laminada y sus mangas laterales bañadas en oro puro. Las Maderas laterales estaban talladas con unos símbolos muy típicos de la época. Muy curvos y delicados para ser más exactos. El de Louis era un cacho de madera tirado en un sótano. Cuando vio que bajaba con el mío casi se muerde de la envidia. Me grito bastante me dijo que no tenía que llamar tanto la atención que no podía ser cosas como esas y muchas cosas más que recuerdo pero da “fiaca” repetirlas luego de un par de años. Luego de que terminara le dije en vos calmada y llena de orgullo “mentiras, mentiras mi querido amigo” con eso fue suficiente como para dejarlo con la bronca que de seguro de debió guardar porque tenía razón.
Estar dentro de aquel ataúd era aterrador. Daba la impresión de no respirar pero eso era lo que te ayudaba a “dormirte” porque luego de parpadear unas cuantas veces ya mis sentidos no respondían y los sueños (malditos sueños) inundaron mis pensamientos trayéndome malos recuerdos sin sentido. Una viva imagen apareció de pronto enfrente de mis ojos y era el rostro de mi padre el morir. Recuerdo ese día como ningún otro, pero hace tiempo que ya no lo recordaba ni me atormentaba por eso. Su rostro pálido, enfermo… Me miraba en forma de suplica. Me miraba con esos ojos grises que cualquier otro hombre desearía tener. Esos ojos que de alguna forma podían llegar a ver las cosas más oscuras o buenas que ocultabas dentro, muy dentro de ti. Si mi padre estuviera vivo, con solo mirar a Louis a los ojos sabría perfectamente por lo que estaba pasando sin articular una sola palabra.
Me desperté de golpe dándome la cabeza contra la tapa del ataúd. Trate de abrir esa cosa lo más rápido posible, en verdad la detestaba (y aun lo sigo haciendo). Me incorpore, mire a mi alrededor, volví a mirar y de la nada me aparece Louis enfrente mío a poca distancia con cara de maniático y con la boca manchado en sangre. Perfecto. Debo admitir que si no fuera por ser vampiro me hubiera muerto de un buen paro cardiaco del susto que me pegue. Creo que hasta el más grande de mi vida.
Eres un idio… -al ver su cara de disgusto y enojo- Eres un ¿inmaduro?
Jajaja. Créeme que si no estuviera de muy buen humor, mi querido amigo, ya te hubiera arrancado la cabeza de un tirón –en su cara de dibujo una sonrisa torcida algo malévola-
Ja-ja-ja. Que divertido que eres Louis –sarcásticamente-
Si que lo soy ^^ -¿es idiota o no se acaba de dar cuenta de lo que dije?-
Claro… ¿Por qué tanta felicidad? –dije sin importarme realmente-
Porque he saboreado el mejor de los banquetes que pude dar en mi “corta” vida –dijo riendo al pronunciar corta-
Ah ¿si? Y ¿quien ah sido el desafortunado? –dije ojeando un libro que me intereso de una pequeña biblioteca que se encontraba allí-
Un niño… Un hermoso niño.
El libro que había sostenido hasta ese momento en las manos se callo al piso causando un estruendoso ruido seco. Mi cara se desfiguro, demostrando una ira interior pero al mismo tiempo dolor. El dolor llego a descomponerme, fue increíblemente poderoso. ¿Cómo pudo asesinar a un inocente niño? ¿Acaso no tenía corazón?... Pensé aquella pregunta por un segundo y me di cuenta de que mi corazón ya no late, ya no siente, ya esta muerto de alguna forma. Yo tampoco tenía corazón o lo poco que tenía pronto desaparecería como el de Louis causando que ya no sintiera pena por nada ni por nadie, ni hasta de un pobre niño inocente. Ya no sabía que pensar que hacer o decir. Solo me senté en el piso tomando mi cara entre mis manos mientras que mis codos quedaron apoyados en mis rodillas flexionadas.
¿Michael? –me dijo Louis con un todo chistoso-
Solo me limite a mirarlo y luego de dicho acto salí corriendo a una velocidad inhumana. De un momento a otro me encontraba en mitad de Londres. La gente no notaba mi pasar por su costado casi rozándoles. De un momento a otro me detuve en seco, mis ojos nunca vieron algo semejante a esto que veían con tanta profundidad y… ¿Algo más?

jueves, 29 de julio de 2010

Capitulo 1. Eternidad.

Estaba caminando por las desiertas calles de Inglaterra. Yo solo tenía 17 años ya casi un hombre para la época de 1825. Mi padre murió hace unos tres años. Tras ese hecho mi familia quedo devastada. Yo quede con todo la herencia que era una empresa de comercio de telas. Ya no aguantaba a mi edad tanto el peso de tener que soportar a mi madre llorar todas las noche, tener que calcular cada gasto que se hacia para poder llegar a fin de mes y lo peor la empresa estaba cayéndose a pedazos. Ya arto, siempre salía por las noches a un bar, a embriagarme para poder olvidar mis problemas. Basándome en esto debo describir una de estas noches. Era calida y sombría me encontraba en un bar bebiendo mientras jugaba poker con uno que estaba igual que yo. En eso este humilde señor saca un 9 mm porque se enfureció ya que pensaba que estaba haciendo trampa. Al hacer esto yo ya en un estado de depresión en el cual deseaba la muerte, mi camisa que estaba desarreglada, la abro en el pecho para que este señor puede disparar tranquilamente y asegurarme la muerte que tanto quería yo. Para tentarlo le dije –Para disparar se necesita más coraje que con el cual se le apunta al alguien- creo que era así no recuerdo muy bien la oración, todos empezaron a reírse en un murmullo casi sordo, pero la tensión seguía presente. El tipo con la mano temblorosa que sostenía el arma empezó a bajarla lentamente. Una prostituta, de la cual me había olvidado que se encontraba a mi lado, se acerco más a mí al saber que no corría peligro y me susurro que vallamos afuera que tenía una “sorpresa”. Deseaba que me matara pero sabría que esa no era esta sorpresa. Al salir ella con una fuerza me hizo quedar de espalda contra la pared. Recuerdo haberle dicho que era muy fuerte y que eso me gustaba esto la puso de ánimos. En ese momento no se que paso, fue tan rápido y brutal. En un segunda la chica se encontraba a mi lado con el cuello roto y desangrándose por el. Un hombre de unos 24 años se me hacerlo y con una fuerza inhumana me tomo del cuello y me estampo contra la pared de ladrillos. Recuerdo su rostro perfectamente en ese momento era deslumbrante a pesar de la luz mortecina de la calle, era pálido y sus ojos parecían arder en un fuego azul. Luego de eso, lo ultimo que sentí fue sus labios fríos rosar contra mi cuello, luego de eso es oscuridad total. Al despertar me encontraba en mi cama, debilitado. La primera persona que encontré que fue mi esclava, Isabella. Le pregunte que pasó y me contó que fui encontrado en una calle medio moribundo, al parecer yo estaba al punto de la muerte con muy poca sangre. Al escuchar eso la palabra vampiro se me vino a la mente. Rebotaba por todas partes era insoportable. Le pedí a Isabella que dejara en la mesa de luz, que se encontraba al lado de mi cama, el arma de mi padre. Pregunto el por qué pero no le respondí. Mi madre entraba y salía de la habitación hasta en punto que me arto y le debí gritar que se fuera de una ves por todas. Luego de hacer esto, ya pasados 20 minutos más o menos, aparece el mismo tipo que me ataco la otra noche. En un desesperado intento trato de tomar el arma que se encontraba a mi lado pero de un movimiento más veloz que lo que uno se puede imaginar me la arrebato de entre los dedos. Entre en estado de pánico le pregunte unas mil veces que quería de mi, jamás me respondió. De la nada aparezco rodeado como si me estuviera abrazando pero con una fuerza suficiente para que no pudiera ni moverme ni zafarme. Devuelta volvió a beber de mi sangre, desesperadamente trate de quitármelo de encima. Era inútil, de la nada se separa de mi y me dice con una voz tan calida, parecía una hermosa melodía al compás de un ritmo único…
¿No querías morir?
Yo… -no sabia que responderle-
En fin te daré dos opciones, deberías agradecérmelo luego, uno o te conviertes en lo que ves ahora o dos… te mueres.
La primera –dije temeroso e hipnotizado por su ser-
Esta bien, debo decir que fue una elección buena.
Aja –fue lo único que pude decir-
Luego de esto me saco a fuera, al jardín. Todos dormían en la casa. Me llevo a lo más profundo del bosque que se encontraba a las afuera de la casa no muy lejos.
Él empieza a acelerar el paso a duras penas pude seguirlo luego lo perdí de vista me desespere. Lo busque con la mirada pero nada trate de agudizar el oído pero tampoco escuchaba sus pasos, todo era inútil. En un momento él cae a mis espaldas desde la copa de un árbol y muerde mi cuello. Este fue diferente al hacerlo sentí un ardor en mi pecho. Era horrible todo daba vueltas, me caí al suelo como una bolsa de papas. Empecé a escuchar el ruido como de un tambor que iba cesando, su sonido luego era lento y calmado, luego inaudible hasta que seso y el dolor junto con él. Me sentí algo mareado, pero pude levantarme del suelo. Al visualizarlo pude distinguir cada imperfección de su rostro. Al ver a mí alrededor fue algo inexplicable, algo asombroso. Algo me sorprendió una voz.
Déjame presentarme yo mi querido amigo soy Louis.
Yo soy Michael.
Debo darte un consejo. No te enamores de la noche.
Buen consejo pero fue demasiado tarde.

martes, 27 de julio de 2010

I'm a Vampire

Aquí empieza todo… En este lugar tan sombrío, tan oscuro. En un lugar lejano, en Inglaterra y Francia luego. Solo nosotros, “gente” como nosotros (si así puedo llamarnos), puede sobrevivir. Si estas aquí has muerto por primera ves, si estas aquí ya ERES como NOSOTROS. Eres suertudo si sigues “vivo”, si has sobrevivido al beso de la eterna vida, muy pocos lo superamos, otros morimos, otros no lo resistimos. Ustedes no saben lo que es probarla, desearla y perderla en algunas ocasiones. Saben de lo que hablo, si no lo saben es algo que de seguro corre por sus venas, por todo su cuerpo y gracias a ella están vivos. Con gran facilidad podría arrebatársela, total son simple humanos. Como de seguro escucharon en estos famosos libros y películas (La saga de crepúsculo) algunas cosas son ciertas y otras no, por ejemplo alimentarse de los animales es algo realmente asqueroso y no “huele” diferente un licántropo o un “hombre lobo”. Si ellos son reales como nosotros, sino seria aburrido un lugar en el cual no tienen un enemigo tan poderoso como nosotros. De seguro se dieron cuanta y si somos VAMPIROS. Yo soy uno, pero hay miles por todo el mundo. Todos somos solitarios y si andamos de a par es para protegernos las espaldas. Somos seres solitarios y muy pocos llegan a encontrar el “amor” sin antes haber bebido de su sangre (la mayoría muere por el deseo profundo que produce). Para que conozcan un poco más de nosotros la mayoría se concentra en Francia. Allí hay un grupo que pone las reglas, y si ya se como los “Vulturis”, las reglas a seguir son las siguientes.

1. Jamás reveles el secreto.

2. Nunca conviertas a niños tan jóvenes como de 6 o 10 años (Casi siempre somos de 17 a 24 años)

3. No salgas de día. Si somos vulnerables a la luz del Sol pero no nos mata solo genera un ardor insoportable, para explicarlo es como cuando te quemas con el Sol y estuvieras siempre tocándote el lugar y frotándolo.

No tengo más para decir solo que pronto te contare mi verdadera historia. Advierto que no es amorosa o linda sino que es amarga, triste y sanguinaria. No somos como los Cullen, TODOS somos igual de asesinos como esos Vultiris. Ninguno puede resistirse a la sangre a pesar de lo mucho que odies tener que matar a gente inocente que no tiene nada que ver contigo. Así lo sentí en un momento pero luego ya no te importa, con todo lo que pasaste en una vida ya no importa nada solo sobrevivir en las oscuras calles de Francia si puedes escapar de nosotros…